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A garrotazos. "Viva la muerte, osea, muerte a la vida"

Visionad el vídeo de la derecha. Si el vídeo te ha sabido a poco, y quieres saber más sobre el polémico acontecimiento, protagonizado por Miguel de Unamuno, acaecido en la Universidad de Salamanca, abajo tienes más información sobre el tema. 

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"Es entonces, cuentan los testigos, cuando a Unamuno le cambia la cara. El anciano aprieta las manos. Se busca en los bolsillos. Allí encuentra una carta de Enriqueta Carbonell, esposa de Atilano Coco, pastor protestante detenido en los primeros meses de la guerra. Unamuno se había llevado la carta para entregársela a Carmen Polo y tratar de conseguir que la petición de clemencia llegue hasta Franco. Ahora, nervioso, toma el papel y garabatea en el reverso algunas anotaciones. Escribe: “Guerra incivil”. Escribe: “Catalanes y vascos”. Escribe: “Vencer y convencer”. Escribe: “Cóncavo y convexo” (esto último no lo llegó a utilizar). Cuando José María Pemán termina su discurso, el todavía rector de Salamanca se pone de pie. Las palabras que siguen varían según las fuentes. La versión que da Andrés Trapiello en Las armas y las letras es, tal vez, una de las más completas. Según Trapiello, el silencio que se hizo fue profundo.

Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. Callar, a veces, significa mentir, porque el silencio puede interpretarse como aquiescencia. Había dicho que no quería hablar, porque me conozco; pero se me ha tirado de la lengua y debo hacerlo. Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo he hecho otras veces. Pero no, la nuestra solo es una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer no es convencer y hay que convencer sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición. Quisiera comentar el discurso (por llamarlo de alguna forma) del profesor Maldonado. Dejemos aparte el insulto personal que supone la repentina explosión de ofensas contra vascos y catalanes. El obispo, quiera o no, es catalán, nacido en Barcelona, para enseñaros la doctrina cristiana, que no queréis conocer, y yo que, como sabéis, nací en Bilbao, soy vasco y llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis. Eso sí es Imperio, el de la lengua española, y no…”

Llega en ese momento la interrupción de Millán Astray. El tuerto se levanta. Comienza a golpear la mesa con su única mano y grita: “¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?”. Hecho una furia, culmina su discurso con el lema de la legión: “¡Viva la muerte!”. La audiencia jalea. Unamuno prosigue:

“Acabo de oír el grito necrófilo y sin sentido grito de ¡Viva la muerte! Esto me suena lo mismo que ¡Muera la vida! Y yo, que me he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de los que no las comprendieron, he de decirles, como autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente […] ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente hay hoy en día demasiados inválidos en España. Y pronto habrá más, si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre (no un superhombre) viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad del espíritu, suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él.

Se produce en ese instante la segunda y definitiva interrupción del legionario, quien suelta su frase: “Muera la inteligencia”. Hay quien dice que sus palabras fueron otras: “¡Mueran los intelectuales!”. O tal vez: “Si la inteligencia sirve para el mal, muera la inteligencia”. O tal vez: “¡Muera la intelectualidad traidora!”. Para algunos apólogos, la misma idea expresada de otras formas resulta de algún modo menos brutal. Al oírle Unamuno se enerva y llegan sus palabras finales, minutos antes de que el acto termine prácticamente a golpes.

“Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir, necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España”.

De nuevo tenemos para esto casi tantas versiones como testigos. Hay quien dice que el viejo salió casi en volandas, perseguido por los falangistas. En los últimos años, una serie de historiadores ha negado que Unamuno corriera peligro. Lo cierto, sin embargo, es que incluso una versión tan poco sospechosa de izquierdismo como la que daba el propio Millán Astray días después de lo ocurrido refleja la atmósfera reinante:

“Al terminar, la Señora del Jefe del Estado salía sola y entonces me dirigí al señor de Unamuno y le dije: “Señor Rector: dé usted el brazo a la Señora del Jefe del Estado y acompáñela hasta la puerta a despedirla”. Él así lo hizo. Yo fui detrás. Luego supe que los estudiantes jóvenes y principalmente los falangistas, si no hubiese sido por haber ido dando el brazo a la Señora del Caudillo e ir yo detrás de ellos, quizás hubiesen tomado alguna medida violenta contra el señor Unamuno.”

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Normalmente aquí suele terminar el relato. La verdadera historia, en cualquier caso, comienza en este mismo punto. Es el fin del viejo. Esa tarde, cuando acude a su tertulia en el Casino, sus compañeros le dan la espalda y lo insultan. Un día después, 13 de octubre, el Ayuntamiento aprueba su destitución como concejal. El 14 de octubre, el claustro de la Universidad de Salamanca decide retirarle la confianza. Es el mismo claustro que en enero de ese año había propuesto a Unamuno como candidato al premio Nobel de literatura. El 18 de octubre es cesado oficialmente. En palabras de su biógrafo, Jon Juaristi, el ya ex rector se convierte en prisionero de Salamanca. No vuelve a poner un pie en la calle. “He decidido no salir ya de casa desde que me he percatado de que al pobrecito policía esclavo que me sigue –a respetable distancia– a todas partes, es para que no escape –no sé adónde- y así me retenga en este disfrazado encarcelamiento como rehén de no sé qué, ni por qué ni para qué”." (https://ctxt.es/es/20170726/Culturas/14186/Ctxt-ministerio-Unamuno-Milan-Astray-Franco-Carmen-Polo-Salvador-Vila-Juan-Peset.htm)

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La guerra, al igual que la paz, tiene sus símbolos, sus lenguajes, sus retóricas, sus lógicas. Una de ellas es la de la violencia, como se manifiesta en las imágenes que aparecen justo debajo. Las de la izquierda corresponden a la Guerra Civil española, mientras que las de la derecha a guerras civiles actuales. 

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Guerra Civil 3. Vukovar, Croacia. 1991.j

¿Qué diferencias creéis que hay entre las primeras y la segundas fotos?

¿Cómo se manifiesta la violencia en los primeros días de una guerra?

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La muerte es algo curioso en los momentos de paz, y más en la actualidad. La percibimos como algo lejano, ajeno, que no puede pasarnos a nosotros. Pensamos muy poco en la muerte, sobre todo los jóvenes. Sin embargo en una guerra hay vencedores y vencidos, y hay consecuencias para aquellos que sobreviven. 

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kurdos en la frontera Siria, 2014.jpg
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Gaza, Palestina, 2014.jpg
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De toda la información que tenéis para trabajar el debate:

Incluyendo todo el material que aparece en la preparación del debate, ¿qué conclusiones podéis sacar al respecto?

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Hay algunos investigadores del área de las Ciencias Sociales que creen que España es un "Estado fallido". Justifican esta afirmación en varios factores, como son la imposibilidad de reconciliación, el no tener una única cultura común, que haya varias concepciones de la nación... Es decir, que las contradicciones internas a nivel social y cultural son irreconciliables. ¿Qué opinión tenéis al respecto?

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